Toques personales
Hace un tiempo un conocido me preguntó si
mi novela era autobiográfica. Lo primero que se me ocurrió responderle fue:
ojalá. Pero me pareció poco respetuoso. Digo por los amores de mi protagonista
y porque mi esposo estaba a mi lado.
Aunque pensándolo bien sí. Mi libro es un
poco autobiográfico. De hecho lo que le contesté es que en todo libro el autor
pone un poco de sí mismo.
Quizá no de manera consciente pero de alguna
manera el autor le coloca gestos, rasgos, aptitudes o temperamento conocidos a
sus protagonistas.
Y unas características autobiográficas no
significa necesariamente que sean propias del autor, pero sí conocidas.
Yo creo que uno describe mejor las cosas
que uno conoce. Desde una ciudad hasta un gesto facial.
Sin duda mi primera novela tiene mucho de
mi vida ya que las protagonistas las basé en mis amigas. Pero en mi segundo y
tercer libro tomé características de gente que conozco para mis personajes.
Si a ver vamos, todos los libros son
autobiográficos ya que tomamos referencias físicas de gente conocida o que han
tocado nuestras vidas y no tiene que ser personalmente. Quizá unos ojos de un
actor o actriz que te cautivaron.
Quizá describes esos ojos y no tienen nada
que ver contigo pero si describes los ojos y la manera como te hicieron sentir
cuando los viste por primera ver, inmediatamente toca un sentimiento personal y
por ende se hace personal. Ergo, autobiográfico.
Siempre ponemos toques personales en
nuestros escritos es lo que los hace nuestros y así construimos nuestra
identidad, y nada nos identifica más que nuestra propia vida, nuestros
sentimientos o sensaciones.
En mi libro –y les juro que lo hice
inconscientemente–, uno de mis personajes principales disfruta comer, para él
es un placer la comida. No solo comer, mi personaje se embelesa en el ritual de
la comida. Cuando mi esposo leyó mi libro me dijo “Es como yo”. Yo lo miré y
reí.
Les puedo asegurar que mi personaje no se
parece en nada a mi esposo, solo en el placer de la comida.
Sin pensarlo coloqué en mi personaje un
toque autobiográfico que, aunque no me toca directamente a mí, sí lo hace con
mi entorno.
Hace unos días me hubiese avergonzado de
decir que mi libro tenía toques autobiográficos, ustedes saben por las escenas
de sexo y todo eso. Pero me puse a analizar y me dije “Helena, eres una tonta”.
Sí, lo era. Debía estar orgullosa de tener una vida tan especial que me permite
sacar personajes de ella y colocarlos en papel.
Puedo decir que me encantaría que mis
libros tuvieran todos un toque autobiográfico. Sería mi homenaje a la vida. A
las personas a mi alrededor y mi toque único como escritora. Mi firma. Mi
identidad.
Twitter: @HMH_Escritora
Facebook: www.facebook. com/HelenaMoranHayes
Y pronto: www.HelenaMoranHayes.com
Ya saben, siéntanse orgullosas de
que sus novelas tengan sus toques personales.
¡Besos!
es que al escribir algo es inevitable no pensar en que esa característica t hace acordar a alguien, aunque en mis relatos es más exagerado, claro.
ResponderEliminar