Estado de ánimo
En algún sitio, hace muchos años leí que el escritor escribe
desde los sentimientos así como el científico trabaja desde la razón. Esas
palabras se guardaron en alguna parte de mi cabeza hasta que empecé a escribir.
Hoy en día no le puedo dar más la razón a esa frase.
Nosotras las escritoras, especialmente las de romance, escribimos desde el
sentimiento.
¿Pero desde qué sentimiento?
Una conocida me dijo una vez que desde que vio en la
televisión que la mujer cuando ovula se siente más sexi y su cuerpo trabaja
para hacerla más atractiva con el fin de atraer a los hombres para la
procreación, ella empezó a escribir romántica y erótica en esos días.
Yo no pude hacer más que reírme, mi amiga tenía un método
científico para escribir desde el sentimiento.
Yo les preguntaría a cada una de ustedes ¿Desde qué
sentimiento escriben?
Yo personalmente confieso que me dedico más a escribir
cuando me siento triste –no triste de ponerme a llorar o lanzarme por el
balcón– quizá la palabra es nostálgica.
Siento que en esos momentos se me ocurren las mejores
historias.
Trayendo el método científico de mi amiga, quizá mi
inconsciente sabe que escribiendo me siento mejor –ya sea por las hormonas o
por que simplemente me siento “down”– mi cuerpo responde haciendo algo que le
hace sentir bien, como liberando endorfinas o dopaminas.
Y funciona.
También se me ocurren historias geniales cuando troto. Otra
manera para que mi cuerpo se sienta bien, mi mente trabaja de la misma manera.
Hay escritoras que se sientan a escribir solo cuando están
de “humor”. ¿Pero qué hace que estés de humor para escribir? ¿Qué sentimiento
hace que te inspires? Felicidad, tristeza, nostalgia, excitación.
Quizá si analizamos qué estado de ánimo es el que nos hace
escribir, quizá podemos inducirlo para escribir más.
Tal cual como un experimento científico.
Les invito a que analicen cual es su estado de ánimo cuando
escriben, o ese “humor” que hace que se sienten a hacerlo.
No retiro lo que les he dicho siempre, así tengan o no
tengan ese humor, siéntense a escribir igualmente. Hagan una rutina y una
disciplina. Así escriban tres líneas.
Pero también analicen su estado de ánimo cuando lo hagan.
Quizá el stress paraliza a algunas –yo también escribo bajo stress, supongo que
es porque me relaja– pero no todas lo hacen. Otras escribirán bajo un momento
de alegría, otras no, porque están disfrutando esa alegría de otra manera.
Quizá en todo aspecto de nuestra vida tenemos que analizar
cual es el sentimiento que nos inspira o el que nos retrae, el que nos hace
escribir 10 mil palabras de una sentada o el que no nos deja ni escribir “Érase
una vez”.
Así podremos ser más eficientes en la escritura y por qué
no, en la vida.
Un abrazo y nos leemos la próxima semana
Yo confieso que escribo más cuando estoy algo nostálgica y quizá un poco hormonal
Twitter: @OhHelenita
Facebook: https://www.facebook.com/HelenaMoranHayes
Muy interesante tu artículo, en mi también influyen las emociones y el estado de ánimo. Confieso que es más productivo el momento en el que estoy un poco más en alza, pero también tengo mis momentos nostálgicos, o después de algunas situaciones de estrés, me siento mejor cuando puedo sentarme a escribir. Besos!
ResponderEliminarGracias por tu comentario Romina. Yo, como leíste, escribo más cuando estoy nostálgica, creo que es un método de "auto ayuda" jajaja, de mejorar mi estado de ánimo porque escribir me hace feliz.
Eliminar¡Hola! ¡Sí! A mí me gusta la frase que reza: Sólo ansío robarle inspiración a la tristeza, porque es muy cierta, yo cuando estoy feliz me distraigo y no hilo bien las frases, pero cuando estoy furiosa i triste me vuelvo toda una poetisa, jaja
ResponderEliminarMaría me encanta la frase, yo no lo pude describir mejor. Eso es lo que yo hago le robo inspiración a la tristeza, yo soy igual cuando estoy feliz hago otras cosas pero escribir, no puedo.
ResponderEliminarGracias por escribir Maria